Alma condenada
Me duelen en el pecho todas esas palabras que quisiera y no sé cómo decirte.
Ardo en deseos de cogerte y llevarte a la locura, al éxtasis, hacerte contemplar el mismo cielo
Besarte hasta que se fundan nuestros labios en un río de sangre y pasión
Hablar contigo de todo y de nada, o simplemente disfrutar del silencio a tu lado,
que ya no me parecerá tan vacío y triste como siempre
Y mirarte a los ojos mientras hablas, sentir que estás ahí...
Sentir que aún puede haber esperanza en este perro mundo
...
Quiero decir tantas cosas, tantas tonterías, tantas banalidades
que finalmente no digo ninguna
Y ya no sé qué hacer para abandonar este disfraz que me han impuesto
Y que me tiene recluido como a un alma condenada
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