Cemeteries of London
La noche nos invade.
Las calles oscuras, sombrías, por las que paseamos son el mejor recuerdo de una ciudad eterna.
Con las manos enlazadas, avanzamos a paso lento, sin detenernos.
Por mis venas corren en este momento litros y litros de felicidad y descaro.
Siento ganas enormes de cantar, de liberar mi voz en una melodía épica y enorme.
Te miro y portas una gran sonrisa en el rostro.
El ruido es magia para mis oídos, todo me suena a música.
Todo... incluso tus ojos...
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